Las personas estamos constantemente demandadas por múltiples deseos, basados en una gran gama de emociones, muchas de las cuales se encuentran aún a un nivel primario. La ciencia, con su enfoque empírico, muestra que la mecanización, y las fuerzas de esas potencialidades, presentan supremacía por la urgencia que demandan. 

Hay algunas corrientes que proponen sentirse indiferente a los placeres de este mundo con la esperanza de obtener mejores gozos en el próximo, enfoque que resulta tremendamente castrante. La indiferencia que eso implica está, de hecho, contaminada por el deseo del goce a futuro. Los seguidores de esas cuestiones informan que dicha indiferencia se debe a la naturaleza transitoria de este mundo, y que dejan la esperanza de satisfacción para el próximo, como una opción de mayor bien. Cuando se supone que para seguir la vía espiritual es preciso desligarse de los deseos, aparece la contradicción en cuanto a que sigue presente el deseo por la realización. Pero también se menciona que cualquier deseo es un impedimento para esto.

Ya sabrán de sobra que no estoy de acuerdo con limitar la expresión de la identidad, sino que más bien apunto a conocer su manifestación, y expreso que si existe un deseo loable es el de la Realización de nuestra naturaleza Esencial, deseo que pone fin a la confusión generada por el apego a todos los demás deseos, e incluso en el caso de que la mente aparezca de nuevo con sus dudas, las preguntas sobrevienen con soltura y libertad.

Cuando se busca estar en realización no se busca el logro que produce apego, así nos mostramos como el buscador auténtico, el que va detrás del anhelo incondicionado por la liberación.

R.Malak

Día a Día con R.Malak 2016 – 2 de enero

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